7 de julio de 2008

¿Ciencia pública o privada?

¿Cuál debe ser la ingerencia de las empresas e instituciones privadas en el desarrollo de la ciencia de un país? No sé la respuesta. Pero imagino que ni mucho ni poco y apuntando a diferentes aspectos del proceso científico (investigación básica, tecnología, I+D).
La pregunta anterior se puede replantear así: ¿Cuán dependiente debe ser la ciencia de un país del dinero ajeno? Hace unos meses se armó un debate sobre el presupuesto del Ministerio de Ciencia nacional que reflejé en esta entrada. La mayoría del dinero destinado a ciencia es aportado por el BID. Los críticos sostienen que la dependencia económica se traduce en que el BID financia la ciencia que le conviene.
Algunos números: según datos de 2003, en Argentina las instituciones privadas (empresas y fundaciones) aportan el 26,1% de todo el gasto en ciencia (en 2004, llegó al 30,7% ). Para 2003, estos eran los porcentajes en otros países: EE.UU., 63,3%; Brasil, 41%, Chile 35,2%; España 48,4%.
Los ejemplo español y brasileño parecieran ser los modelos a seguir, al menos cuantitativamente. Respecto a lo cualitativo, seguramente el Estado debería financiar proyectos como éste o éste y seducir a empresas para que aporten en nanotecnología y biotecnología, las ciencias de moda y más redituables. Sin embargo, dentro de estos campos el Estado (los gobiernos mundiales) debería estimular y subsidiar más estudios que analicen los potenciales peligros que estas nuevas tecnologías tiene porque, se sabe, a las empresas no les interesa saber si las nanopartículas pueden ser contaminantes o tóxicas, por ejemplo.

Ejemplos cordobeses
Un ejemplo cordobés de trabajo científico mixto es lo que se viene realizando en el noroeste cordobés con la producción de olivos. Investigadores de la UNC y UTN Córdoba, algunas empresas del sector y la municipalidad de Cruz del Eje desarrollan un sistema de trazabilidad de aceitunas y aceite de oliva para cumplir con las exigencias del mercado nacional e internacional
Ya lograron optimizar la gestión administrativa y el proceso productivo de las empresas; la creación de un laboratorio de alimentos para realizar análisis específicos sobre productos olivícolas (análisis físico-químicos, microbiológicos y organolépticos); y la programación de un software para seguir la trazabilidad del producto.
Otro proyecto local es el que se presentó hoy en la UNC. Se trata de un convenio entre la Casa de Trejo y la empresa Arcor para crear un Polo de Investigación y Desarrollo Biotecnológico. El objetivo es favorecer un entorno donde las firmas puedan conocer las investigaciones en curso, a fin de orientar aquellas que resulten de interés, adquirir los derechos sobre los desarrollos y aplicarlos. Espero que la tensión privad-público se resuelva en favor de la sociedad toda, para mejorar sus problemas ambientales, de salud, trabajo y alimentación.

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