¿Cuánto del campo llega a nuestros estómagos?

El dato me pareció curioso. También una forma de reflexionar sobre cómo es el proceso productivo de los alimentos. Mucho se habla de que dependemos del campo para alimentarnos, pero no sabemos cuánto lo que éste produce llega a nuestros estómagos.

Guillermo Garrido, ingeniero recibido en la UTN regional Córdoba y que ahora trabaja para el Inti también en esta ciudad, se tomó el trabajo de calcular cuánta energía circula en el sistema agroalimentario argentino. Desde que los cultivos y pastizales crecen en los campos, hasta que la comida llega al estómago. Sólo el 1,5 por ciento de la energía que produce el campo es la que aprovechamos los argentinos.

El resto se distribuye así: el 50% se queda en el suelo como semilla, rastrojo, pastizales no comidos por los animales, granos que se pierden antes y durante la cosecha; 32% es gastada por los animales (vacas, cerdos, ovejas, pollos) en forma de respiración y excreciones; el 13 % es exportada en distintas formas de commodities (granos, harina, aceite, carne); el 1% es desechada durante el consumo final (durante el transporte, almacenamiento y hasta lo que dejamos en el plato).

Respecto del mundo, el 1,5% habla de que Argentina tiene una eficiencia baja. El sistema agroalimentario mundial alcanza el 8%. Esto se debe principalmente a que los argentinos comemos mucha carne, y los animales son más ineficientes como alimento que los productos vegetales. Además, se podrían evitar y reciclar muchas pérdidas en el momento del cultivo y cosecha, pero principalmente durante el procesado de los animales. En ello trabaja la ecología industrial.

Más información en la nota que publiqué en La Voz del Interior o en esta página del Inti. Puede acceder a la tesis completa de Garrido en inglés.

Somos lo que comemos

También los invito a ver el documental de Televisión Española “Somos lo que comemos”. Abajo la primera parte. Para seguir viendo ingresar aquí. Habla sobre plaguicidas, transgénicos, aditivos, conservantes, la forma en que compramos en el súper, publicidad de los alimentos, alergia y enfermedades vinculadas a los alimentos y alimentos orgánicos.