Terminamos el año satisfechos y sin parásitos

Finaliza el año y empiezan los balances. El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Lino Barañao, quedó satisfecho con su primer año de gestión, según se lee en esta nota de hoy de La Nación. Apuntó a mejorar los recursos humanos y de infraestructura y lo ha logrado bastante.
Sin embargo, hay quienes aseguran que el nuevo Ministerio no tiene una política científica concreta. Se apoya en el corporativismo y no hay una señal clara sobre qué ciencia deben hacer los argentinos y para qué. En esta entrevista que le hice a historiador de la ciencia Diego Hurtado hace 40 días se pueden leer más detalles.
Barañao plantea como un gran desafío lograr la mentada transferencia de la ciencia a la industria. Un lugar para empezar puede ser el caso del investigador cordobés Hugo Luján y su grupo de la Universidad Católica de Córdoba (nota de La Voz del Interior de ayer). Descubrió la forma en que el parásito Giardia lamblia (el más común de los que infectan al hombre y le produce diarrea) evade el sistema inmunitario, mecanismo que podría estar presente en otros bichos más mortales como el de la malaria o el mal de Chagas.
Publicó en Nature, después de 20 años que un grupo 100% argentino no lo hacía sobre cuestiones médicas.Es el primer paso para una vacuna. Luján debió patentar su descubrimiento en EE.UU. y Europa para protegerse de los voraces laboratorios que están desesperados por crear nuevos productos para ganar dinero. Asegura que la patente le servirá de poco porque él lo no puede estar controlando. El Conicet, del cual es investigador, debería tener un área dedicada a eso. Tampoco está en condiciones para seguir con el desarrollo de la vacuna, ni cree que en Argentina haya alguien que lo esté. Ya veremos en qué termina.