El Saocom 1-A aprobó el examen y el proyecto ingresa en la recta final para su construcción y puesta en órbita en 2012. Se trata del primer satélite argentino de la constelación Siasge, que incluye cuatro satélites italianos y dos argentinos.
A diferencia de los “satélites clásicos”, el Saocom (la infografía de arriba es de Clarín) no tiene cámaras para mirar la Tierra, sino que utiliza instrumentos en el rango de la microondas y una cámara infrarrojo. Esto le permitirá penetrar el la superficie terrestre hasta dos metros y “observar” la Tierra aunque haya nubes en el cielo.
Servirá para prevenir desastres naturales como incendios e inundaciones. También será útil para recabar datos sobre agricultura, usos de la tierra, bosques, minería y explotación de suelos, entre otros usos.
Tendrá una altura de 4,63 metros, un diámetro de 2,70 metros, pesará dos toneladas y será puesto en órbita a 619 kilómetros de altura de la Tierra. Es financiado por el BID.
Hace unas semanas la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) obtuvo el visto bueno de la comunidad internacional para comenzar con el Diseño Preliminar del satélite.
Parte de los circuitos de comunicaciones y comando del Saocom son construidos por DTA, una pequeña empresa cordobesa de alta tecnología. Hace unos días, DTA inauguró su sala limpia, una especie de quirófano espacial donde se deben ensamblar los dispositivos para que luego resistan las condiciones de vacío y variaciones térmicas del espacio.
Pero el Saocom no será el próximo satélite en “tocar” el espacio. En 2010 está previsto la puesta en órbita del SAC-D Aquarius, construido por la Conae y la Nasa, entre otras agencias espaciales.
A diferencia de los “satélites clásicos”, el Saocom (la infografía de arriba es de Clarín) no tiene cámaras para mirar la Tierra, sino que utiliza instrumentos en el rango de la microondas y una cámara infrarrojo. Esto le permitirá penetrar el la superficie terrestre hasta dos metros y “observar” la Tierra aunque haya nubes en el cielo.
Servirá para prevenir desastres naturales como incendios e inundaciones. También será útil para recabar datos sobre agricultura, usos de la tierra, bosques, minería y explotación de suelos, entre otros usos.
Tendrá una altura de 4,63 metros, un diámetro de 2,70 metros, pesará dos toneladas y será puesto en órbita a 619 kilómetros de altura de la Tierra. Es financiado por el BID.
Hace unas semanas la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) obtuvo el visto bueno de la comunidad internacional para comenzar con el Diseño Preliminar del satélite.
Parte de los circuitos de comunicaciones y comando del Saocom son construidos por DTA, una pequeña empresa cordobesa de alta tecnología. Hace unos días, DTA inauguró su sala limpia, una especie de quirófano espacial donde se deben ensamblar los dispositivos para que luego resistan las condiciones de vacío y variaciones térmicas del espacio.
Pero el Saocom no será el próximo satélite en “tocar” el espacio. En 2010 está previsto la puesta en órbita del SAC-D Aquarius, construido por la Conae y la Nasa, entre otras agencias espaciales.
Esta semana se realizó un workshop en Puerto Madryn. Unos 100 oceanógrafos, físicos, biólogos, ingenieros, informáticos y climatólogos de América y Europa se interiorizaron en los servicios que brindará este satélite. El SAC-D Aquarius (la infografía de arriba es de Télam) tomará datos de humedad de suelo y detectará focos de alta temperatura, Observará la distribución de deshechos espaciales y micrometeoritos existentes alrededor de la Tierra. Y estudiará la salinidad de los océanos, dato clave para comprender el cambio climático.
Abajo, les dejo un video del lanzamiento y puesta en órbita del tercer Cosmo-Skymed, los satélites iatalianos de la constelación Siasge.
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