26 de octubre de 2008

Las leyes de Newton y el cohete argentino Tronador

“El problema para colocar una satélite en órbita no es la altura, sino lograr una velocidad 10 veces superior al de una bala, esto es casi 29 mil kilómetros por hora”, señalaba José Astigueta, director del proyecto Tronador, el primer cohete de combustible líquido argentino. El objetivo es colocar los satélites nacionales de menos de 200 kilos en el espacio, a partir de 2012. Las tareas se coordinar desde la Conae que tiene sede en Falda del Carmen, en las sierras cordobesas. Más detalles, en esta nota que escribí para La Voz del Interior.
El Tronador es un desafío tecnológico pero también político ya que su antecedente más cercano es el malogrado proyecto Cóndor, un misil de combustible sólido con claros objetivos militares.
Los expertos en cohetería se lamentan que el Cóndor se haya desmantelado y no reorientado hacia un uso civil. De esta manera, el país tendría tecnología sólida para los booster necesarios para el despegue inicial y líquido, para los tramos intermedio y final. Brasil maneja las dos técnicas.
El desarrollo de un cohete requiere de dos elementos claves: combustible y el sistema de navegación, guiado y control. Para la navegación del misil se combina tecnología GPS (que tienen algunos autos para orientarse en las rutas) con un sistema inercial. En este programa trabaja el Instituto Universitario Aeronáutico cordobés.
Tanto sea combustible líquido o sólido, la propulsión a reacción es el principio de funcionamiento de todos los cohetes. Dentro del misil se produce una combustión que genera gases. Esos gases escapan por abajo del cohete y lo propulsan. El problema se complica en las capas altas de la atmósfera y en el espacio donde el oxígeno, elemento esencial para la combustión, es escaso. La solución es que dentro del cohete no sólo haya combustible, sino también el oxidante. En los sólidos los dos elementos ya están mezclados, en los líquidos la mezcla se produce durante todo el recorrido y se puede regular.
El proyecto Tronador utilizará hidracina como combustible y tetróxido de nitrógeno como oxidante. Ninguna de estas sustancias se consigue en la estación de servicio de la esquina. Los investigadores argentinos trabajan en plantas pilotos para obtener la "gasolina" del vector satelital
En su ley. El trabajo parece complicado –y sin duda lo es–, pero se basa en conocimientos que se aprenden en la secundaria y descriptos en el siglo XVII por Isaac Newton. Son las tres famosas leyes de Newton que describen el movimiento de los cuerpos: ley de inercia (aplicado en los cohetes en el desarrollo del sistema de navegación), de acción y reacción (en el sistema de propulsión) y de fuerza (para el cálculo de la trayectoria del vehículo espacial).
La foto de arriba pertenece al Tronador 1, el primer prototipo del proyecto. Abajo, un video de su lanzamiento.

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