4 de agosto de 2008

Un mapa vale más que mil palabras

El mapa es una de las formas que más me gusta para presentar la información. La perspectiva espacial de los mapas da una imagen más real del tema. Es más “humano” un mapa que un texto o un gráfico de barras. En el mapa están presentes las personas.
Muchas veces, los mapas sólo confirman hechos conocidos, confirman sospechas o despiertan otras. Hace poco publiqué en La Voz del Interior una nota sobre la presencia de metales pesados en el aire en la región centro de la provincia de Córdoba. El trabajo fue hecho por el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv) de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNC. En la nota hay cuatro mapas que muestran la concentración de cuatro metales. Es una imagen clara de cómo el hombre y sus actividades intervienen en el territorio a pesar de que no lo veamos.
Cinc. El cinc, asociado a los automóviles, obviamente está más concentrado en todo el corredor de la ruta 9.
Plomo. Las más altas proporciones de plomo están en el norte, cerca de Villa del Totoral. En esa zona, la casa de palomas con municiones de este metal es un boom. Es realmente un problema ambiental serio.
Uranio. El uranio está presente en mayor concentración en la zona de Los Gigantes donde funcionaba una mina de este metal. El mapa confirma una sospecha: el emprendimiento minero sigue contaminando y el lugar no ha sido correctamente remediado.
Níquel. Muy cerca de Malagueño hay más cantidad de este metal. Los investigadores creen que se debe a la presencia de hornos de cemento de una importante empresa que utilizan combustibles alternativos para funcionar (desechos industriales). El níquel no es un contaminante peligroso pero podría ser una señal de que algo anda mal por ahí.
Hay otros mapas que revelan realidades ocultas. El de abajo, también publicado en La Voz del Interior en diciembre de 2006, muestra las concentraciones de arsénico en las aguas subterráneas de la provincia. Casi el 90 por ciento de las napas tiene valores por encima del máximo que establece la OMS. Esta sustancia es extremadamente tóxica y cancerígena. El trabajo también fue realizado por investigadores de la UNC.

Y si de ciencia hablamos, el mapa de abajo muestra la cantidad de paper (artículos original sobre avances científicos) publicados según cada país.

El tamaño del territorio de cada nación es proporcional a la cantidad de artículos publicados en 2001. La imagen es elocuente: EE.UU., Japón y Europa a la cabeza. ¿Donde está África?

¡Ahí está! En el mapa de arriba el tamaño de los países ha variado de acuerdo a la cantidad absoluta de muertes por enfermedades prevenibles (infecciones, enfermedades respiratorias, mortalidad maternal e infantil, condiciones de nutrición, etc.). Otra imagen elocuente. Los invito a ver worldmapper.org donde hay más mapas de este tipo.

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