25 de agosto de 2008

Cuatro entrevistas para cambiar

“Desde 2012, el país tendrá que reducir sus emisiones de carbono”; “El país debe crear una política urgente de cambio climático”; “La inequidad mata más rápido que el cambio climático”; “En los próximos 30 años se juega el destino del planeta”.
Esas cuatro frases son los títulos de las entrevistas a (en orden) Vicente Barros, Marcelo Sternberg, Osvaldo Canziani y Sandra Díaz publicadas en La Voz del Interior (la última, el domingo pasado). Son cuatro especialistas en cambio ambiental global.
Las conversaciones son un baño de conciencia de lo que está sucediendo en el planeta a causa de la intervención del hombre. También son un llamado para que los humanos nos esforcemos en revertir la destrucción del planeta que hemos iniciado. ¿Cómo se puede cambiar? La clave es cambiar el modelo de desarrollo: consumir menos, buscar combustibles renovables y dejar de dañar la naturaleza.
Conferencia. Sandra Díaz dará una conferencia para todo público este jueves, a las 19, en el auditorio de La Voz del Interior. La entrada es libre y gratuita. El auditorio queda en la avenida La Voz del Interior 6080, camino al aeropuerto. Se puede llegar en el ómnibus A5.
Ahora, por la magia de Internet los cuatro expertos dialogan con extractos de cada entrevista:
Sternberg: “(La Tierra) tiene tres problemas grandes. Primero, la quema de combustibles fósiles a escala nunca vista en la historia del hombre produce cambios en la composición de la atmósfera y ha aumentado la proporción de gases responsables del efecto invernadero. Segundo, el aumento de la población mundial. Hoy hay 6.600 millones de habitantes. En el año 1950 era de 2.500 millones de habitantes. En el 2050 se estima que llegaremos a los 7.500 millones. Más personas que consumen y contaminan más. Tercero, el manejo de la tierra (la deforestación y el cambio en el uso de la tierra para cultivar) ha provocado cambios importantes en la composición de la atmósfera”.
Díaz: “En Argentina y Córdoba el principal problema hoy es el cambio en el uso de la tierra especialmente, para sembrar soja. Sin embargo, si uno se basa en las proyecciones climáticas a 100 años, el calentamiento global va a tener efectos más dramáticos porque para esos años ya entran en juego otros factores como el derretimiento de los polos”.
Canziani: “Los pronósticos aceptados por Naciones Unidas indican que si se mantiene la curva demográfica, para mediados de siglo seremos unos 9.050 millones de habitantes. Pero también dice que, de esos, entre cuatro millones y 40 millones se quedarán sin territorio. Islas enteras quedarán bajo la superficie, lo cual ya se puede ver en Oriente y Oceanía”.
Barros: “Son problemas que se van a ir agudizando y depende de las acciones que tome la humanidad. Si no se va a controlar, no sé si apocalíptico, pero el problema va a ser gravísimo a largo plazo. Eso no quiere decir que no haya efectos ahora, que son graves pero que pueden manejarse. En el caso argentino, tenemos problemas como la mayor frecuencia de tormentas destructivas”.
Canziani: “Hay que definir una política ambiental y luchar contra la deforestación. Hay que ser éticos: evitando el calentamiento en el ámbito doméstico (por el derroche de agua, energía, confort) evitaremos que el prójimo se muera de hambre en zonas menos favorecidas”.
Barros: “Los argentinos no somos demasiado limpios. Argentina no puede ayudar mucho a disminuir el calentamiento global pero tiene que adaptarse porque, aunque la humanidad tome medidas, una parte del cambio ya está y va a seguir”.
Sternberg: “Los distintos escenarios que se dan hablan de buscar un desarrollo distinto y de cambiar nuestro tipo de consumo, cambiar las leyes para que se incentive el consumo de energías renovables y aumentar las tasa impositivas a las que son contaminantes. El pronóstico es que, si no hacemos ningún cambio drástico, a estas condiciones la van a pagar nuestros nietos que van a encontrarse con un serio problema climático”.
Díaz: “(Cambiar de modelo) significa encontrar alternativas a los combustibles fósiles. Los biocombustibles como solución masiva no es una alternativa, es una locura. La energía nuclear es una alternativa para parar el calentamiento global, pero hay que ver los otros costos. Hay que buscar otros paradigmas energéticos que hagan hincapié en los renovables. Pero para frenar realmente el cambio global vamos a tener que abandonar nuestros patrones de consumo y consumir menos”.

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