Hace unas semanas publiqué en La Voz el trabajo que realiza un grupo de investigadores cordobeses del Grupo de Investigación Astronómica Teórica y Experimental (Iate) del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Córdoba. El objetivo es instalar el telescopio más grande del mundo en la Puna salteña.
Tuve la oportunidad de ir hasta el sitio a 4.650 metros sobre el nivel del mar y en el medio de la nada. El pueblo más cercano se llama Tolar Grande, tiene unos 200 habitantes y siempre dependió de la minería y el ferrocarril, que ahora no llega. Ahora le piden a la pachamama por el telescopio.
Los locos del Iate (Diego García Lambas, Pablo Recabarren, Hernán Muriel, Víctor Renzi y Rubén Vrech) empezaron a caracterizar sitio para instalar telescopios en la Antártida.
El espejo principal del telescopio tendrá 42 metros. Para que se den una idea, el de Bosque Alegre (Córdoba) tiene 1,5 metros y los de Paranal (los más grandes hasta ahora), 8,2 metros. Al E-ELT (Telescopio Europeo Extremadamente Grande, en inglés) lo construirá la agencia europea de astronomía (ESO) y costará unos mil millones de dólares.
Cuando uno llega al lugar y ve el cerro Macón, no se imagina que allí arriba van construir un estadio de fútbol y que tendrá tecnología que aún no se ha desarrollado.
Argentina compite con Chile, España y Marruecos ¿Qué debe suceder para que el E-ELT se instale en la Puna? Primero, deben dar bien los datos que están midiendo la gente del Iate allá arriba. También se debe garantizar infraestructura, como caminos y ferrocarril, para posibilitar la construcción. Finalmente, hay decisiones políticas. España ha entrado hace poco a la ESO y seguramente presionará para que el E-ELT quede en Europa. La inestabilidad económica y política de Argentina juega en contra. Chile está mejor en eso y ya tiene tradición de recibir telescopios.
Tuve la oportunidad de ir hasta el sitio a 4.650 metros sobre el nivel del mar y en el medio de la nada. El pueblo más cercano se llama Tolar Grande, tiene unos 200 habitantes y siempre dependió de la minería y el ferrocarril, que ahora no llega. Ahora le piden a la pachamama por el telescopio.
Los locos del Iate (Diego García Lambas, Pablo Recabarren, Hernán Muriel, Víctor Renzi y Rubén Vrech) empezaron a caracterizar sitio para instalar telescopios en la Antártida.
El espejo principal del telescopio tendrá 42 metros. Para que se den una idea, el de Bosque Alegre (Córdoba) tiene 1,5 metros y los de Paranal (los más grandes hasta ahora), 8,2 metros. Al E-ELT (Telescopio Europeo Extremadamente Grande, en inglés) lo construirá la agencia europea de astronomía (ESO) y costará unos mil millones de dólares.
Cuando uno llega al lugar y ve el cerro Macón, no se imagina que allí arriba van construir un estadio de fútbol y que tendrá tecnología que aún no se ha desarrollado.
Argentina compite con Chile, España y Marruecos ¿Qué debe suceder para que el E-ELT se instale en la Puna? Primero, deben dar bien los datos que están midiendo la gente del Iate allá arriba. También se debe garantizar infraestructura, como caminos y ferrocarril, para posibilitar la construcción. Finalmente, hay decisiones políticas. España ha entrado hace poco a la ESO y seguramente presionará para que el E-ELT quede en Europa. La inestabilidad económica y política de Argentina juega en contra. Chile está mejor en eso y ya tiene tradición de recibir telescopios.Para tener una idea, con los telescopios actuales se pueden ver objetos cuatro mil millones de veces más débiles que los que se distinguen en el cielo a simple vista. Algunas líneas de investigación en las que se utilizará el telescopio son: planetas extrasolares y posibles rastros de vida en ellos y energía y materia oscura (suman el 95% de Universo, el 5% restante es lo que vemos).
La decisión final estará a fines de 2009.
Más datos en esta nota de la UNC. Pronto se viene el documental.
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