24 de marzo de 2008

Ciencia por la memoria, la verdad y la justicia

Aunque provisorias, la ciencia es una maquinaria destinada a buscar la verdad. ¿Cuál es el verdadero origen del universo? ¿Cómo funciona verdaderamente nuestro cuerpo? ¿Cuál es el verdadero mecanismo por el cual moléculas de sal se disuelven en agua? La lista de preguntas es infinita como lo es aún el listado de verdades que la ciencia no ha descubierto. Sin embargo, hay verdades ocultas que duelen mucho más. Para los argentinos, una de ella debería ser qué pasó con los desaparecidos. ¿Dónde están enterrados? ¿Cómo los mataron? La ciencia también ayuda a responder estas preguntas.

UNO. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EEAF) es el paradigma de la ciencia aplicada a descubrir la verdad histórica. Se formó en 1984 y desde esa fecha ha recuperado la identidad de miles de personas desaparecidas en todo el mundo. Su objetivo es establecer la identidad, la causa y el modo de muerte, restituir los restos de las víctimas a sus familiares y presentar la evidencia a la justicia. ¿Cómo lo hacen? Primero se documentan con entrevistas a familiares y testigos y revisan archivos, además de recolectar información ante mortem y física de la víctima (edad, estatura, registro dentario, etc.). Luego, la investigación se traslada a la escena del entierro. Con técnicas de la arqueología y de criminalística se analiza el terreno, se excava y recupera evidencia (restos óseos, proyectiles, vestimenta, efectos personales, etc.). Finalmente, todo se analiza en laboratorio y las muestras de ADN se comparan con la de presuntos familiares.
El EAAF trabaja en el cementerio San Vicente de Córdoba. Allí ha logrado recuperar a 92 cuerpos de desaparecidos e identificar a 14. El primero fue Mario Osatinsky y el último, Pablo Daniel Ortman. Sobre el tema, pueden leer un tremendo reportaje del diario El País, de España. O este reportaje multimedia del trabajo del EAAF en San Vicente, realizado por La Voz del Interior y que obtuvo un premio de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.
DOS. Gonzalo Pedano, un filósofo recién egresado de la UNC, ha conformado un listado provisorio de 200 estudiantes, docentes y no docentes que fueron desaparecidos y asesinados durante la última dictadura militar de la Casa de Trejo. Las fuentes documentales consultadas para este relevamiento fueron el Archivo Nacional de la Memoria, los informes de la Conadep y las bases de datos elaboradas por Abuelas de Plaza de Mayo e Hijos. Todos los datos se cotejaron con los registros disponibles en el ámbito universitario. Su segundo eje de trabajo es desentrañar los mecanismos y prácticas propias del terrorismo de Estado en las universidades. Analizó textos de algunas resoluciones emitidas en ese período por las autoridades militares. Las reglamentaciones impuestas, según Pedano, se relacionan fundamentalmente con la delación de la denuncia y el control del material bibliográfico y los recursos didácticos. “Se sacaron de circulación los libros de Marx, Feuerbach y Hegel porque no eran compatibles con el ser occidental y cristiano”, ejemplifica.
TRES. El Centro de Documentación Audiovisual (CDA) de la UNC trabaja en el proyecto “Patrimonio documental, derechos humanos y acceso a la información” que consiste en la realización de un banco de imágenes digitalizadas de personas detenidas y desaparecidas a partir de los registros fílmicos de Canal 10. Confeccionaron una guía de los nombres de las personas y un banco de imágenes digitalizadas de los videos donde se hallen las personas, mediante la captura de fotogramas. Todo ello requiere aplicar técnica para recuperar y mejorar la calidad fílimica de las imágenes.

En su momento la ciencia argentina fue silenciada, mutilada, demembrada. Ahora ayuda recuperar la memoria.

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