21 de enero de 2008

En el medio del Atlántico

La realidad es que, con este horario, estamos en el medio de Atlántico. Sólo basta con fijarse en el mapa. Con el cambio ahora hay dos horas menos que en el meridiano de Greenwich (huso horario 0, de referencia). El actual se llama huso horario -2, y pasa por la mitad del océano Atlántico. Cuando volvamos a la hora de invierno cambiaremos al -3. Pero sucede que nuestro país está casi todo en el huso horario -4 (la zona cordillerana roza el huso -5).

Con el horario Kristina estamos desfasados dos horas de lo que indica el sol. “En nuestra ciudad, el mediodía solar ahora se produce a las 14:17, es decir, más de dos horas desfasado respecto del mediodía 'legal' (12 horas)”, explica el astrónomo cordobés Guillermo Goldes en esta nota. A las 00.00 del ayer, San Luis volvió al horario original., el cual es nuestro viejo horario de verano. ¿Cómo es eso? Bueno, hay dirigentes políticos en el medio.
En una época no muy lejana, Argentina estaba en el "huso -4 con adelanto de una hora en el período estival (pasábamos a -3). Es decir, lo que indica la lógica y la ciencia. Pero en algún momento quedamos en -3, por razones de emergencia energética (nunca retornamos al -4 en invierno). Y un día el presidente de turno se levantó y lo cambió a -2. Hasta que, después de mucho luchar, en 1994 hubo un decreto de Menem y volvimos a -3 en verano, pero nunca regresamos a -4 en invierno, que es lo que corresponde no sólo por el huso horario, sino también para ahorrar energía”, cuenta en esta nota la científica Felicitas Arias, jefa de la sección Tiempo, Frecuencia y Gravimetría de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas.
Todo mal. El mundo científico coincide en que el cambio de hora está mal (en realidad, la hora debería haber quedado como estaba y en marzo se debería haber retrasado a -4), pero los políticos tienen el reloj cambiado. Las consecuencias negativas son varias:
-Algunos especialistas sostienen que no se ahorrará energía, lo cual fue el objetivo principal. Por el contrario, en algunas provincias aumentó el consumo como en San Luis y Mendoza. Sucede que las grandes industrias (que son las que más consumen) trabajan las 24 horas y siempre con las luces prendidas. El alumbrado público tiene fotocélulas por lo que se prenden y apagan de acuerdo a la luz solar (si funcionan, muchas siguen prendidas). En los domicilios, con el cambio no se prende tanto la luz pero sí más tiempo los aires acondicionados que gastan más. Esperemos que el gobierno K no “retoque” los números del consumo energético como lo hizo con los del Indec para justificar su cambio necio.
-También afecta a la salud. Dos científicos cordobeses lo explican: Agata Carpentieri, cronobióloga y Cecilia Lucero, neuróloga: fatiga, confusión, trastornos gastrointestinales, apatía, se duerme mal, entre otras afecciones.
La pregunta es recurrente: ¿Por qué los políticos no consultan a los hombres de ciencia para tomar estas decisiones?

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